domingo, 23 de mayo de 2010

Apunte sobre el padel

Le faltaba mística, le faltaba ese no se que, uno juega bien al fútbol y es un gran futbolista, hace karate y es un gran karateca, hasta puede uno tirarse desde un paracaídas y ser un gran paracaidista, pero cuando se juega al padel, ¿qué se es? ¿Qué es uno cuándo juega al padel? ¿En qué se convierte? ¿Cómo hace uno para decir con total seriedad? Hola, mi nombre es Tomás, amo el padel, mi vida es el padel, un niño fanático del padel, ¿un poster de quién se cuelga? ¿por qué abrí una cancha de padel? Me pueden decir, está bien, vos la abriste, pero no jugabas, pero da igual, ¿cómo hace uno para decir con total seriedad? Hola mi nombre es Tomás, soy dueño de una cancha de padel , pero no juego eh, no, no juego porque le falta mística viste, le falta ese no se que.
En 1991 abrí una cancha de padel en sociedad con uno de mis mejores amigos de aquél entonces, el negocio andaba bastante bien y me permitía seguir mis estudios como odontólogo en La Plata en paralelo, pero había algo que no sabía, que se me revelaría de forma inesperada, yo no era un tipo de soñar mucho, soñaba cosas comunes, yo en un consultorio extrayéndole el maxilar a mi primera novia y cosas así, lo más loco que soñé fue que trabajaba en el Hospital Italiano y un día venía Litto Nebbia y me decía, “Tomás, tengo la boca llena de caries, me vas a tener que ayudar, así no puedo cantar”, y yo lo ayudaba y Litto cantaba. Pero los sueños que empecé a tener después de abrir la cancha eran otra cosa, de otra índole. Se me reveló por primera vez el lunes 29 de abril de 1991, un viejo indio con el que aún sostengo una relación, se me presentó en sueños: apártate de aquél camino, ¿vos sos el mismo chamán que se le apareció a Morrison?, no, no me hables de ese, ¿por qué?, ese transa con los chamanes más grosos y lo mandan a visitar estrellas de rock en cambio a mí me mandan con un tipo que abrió una cancha de padel arriba de un cementerio indio, ¿podes creer?, ¿como qué está arriba de un cementerio indio?, sí está arriba de un cementerio indio y eso no nos gusta a nosotros, ese deporte es maligno, hace otra cosa flaco, abrí una rotisería, una casa para arreglar controles remotos, cualquier cosa, pero cancha de padel no, eso molesta, no dejan descansar nuestros ancestros, ¿y qué pasa si la dejo abierta?, me cagas, cómo hago yo para agarrar y decirle a mi líder espiritual, no mira lo encaré al pibe y no quiere cerrar la cancha de padel, se supone que soy un indio groso, que yo llego acá y vos te cagas en las patas porque te voy a hacer brujerías y todas esas giladas, ¿y usted puede hacerme brujerías?, sí puedo, pero no me da, me parece que sos un pibe bueno y no podría hacerte algo así, ¿y cómo hacemos entonces?, vos hace una cosa, agarras y adelante de todo abrís una parrillita, y en la parte de atrás dejas la cancha de padel y yo a mi jefe le digo que te convencí, ¿y yo puedo hacer algo para atraer más clientes, usted me puede enseñar? Puedo enseñarte, pero tu corazón debe estar preparado, si tu corazón no está preparado podes morir en el intento, ¿estás dispuesto a eso? Sí, y al toque me morí, pero mi amigo abrió la parrila y la cancha siguió funcionando de lo más bien.