Había tres hombres, uno miraba para abajo, el otro le miraba el zapato al cabizbajo y el otro tenía los ojos cerrados. Estaban tomados de la mano, como formando un redondel, uno rezaba, el otro relataba un partido de fútbol y el otro ni hablaba.
Había cinco perros, todos hambrientos, todos cansados del alimento balanceado, todos mordiendo al de los ojos cerrados que rezaba.
Había un pullover, que lo tenía puesto el menos friolento, que relataba un partido de fútbol y miraba para abajo.
Había un telefono, que sonaba, que lo escuchaba solamente el que ni hablaba y que miraba el zapato del cabizbajo, sin poder entender como los dos tenían su pie izquierdo adentro del mismo zapato.
martes, 3 de junio de 2008
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