viernes, 12 de septiembre de 2008

Así habló González.

Dios ha muerto… complicado por una faringitis que parecía no acarrear grandes complicaciones. Los médicos todavía hablan de pronóstico reservado. El último en verlo con vida ha sido un escritor de vanguardia sudoroso. No suministró datos sobre aquellos interminables doce minutos de agonía. Sus últimas voluntades quedaron expresas en los oídos de su hijo, el improbablemente falsificador de cucharas, que prometió hablar acerca del asunto cuando su foniatra lo disponga. La muerte de la foniatra ha impedido saber siquiera vagamente alguna de las voluntades del difunto. Sin embargo entre las voluntades de la foniatra se encontraba la de construir un epitafio con forma de tabla de surf. El deseo fue incumplido por los familiares, dada su rotunda negación a la creciente cultura acuático-deportiva. Los psicólogos opinan sobre este fenómeno, pero dichas opiniones solo son dadas a conocer a los espistemologos. La contracción de faringitis del epistemologo más importante de los últimos veinte días ha puesto en vilo a toda la sociedad que teme perder junto a él, a uno de los más grandes secretos que jamás han sido develados a la humanidad.

1 comentario:

Eduardo Guzmán dijo...

Forro, todo mal! esto salió como exclusivo de la publicación... Sos un choto