Sin dudas, lo más agradable del silencio es cuando esquiva la tensión y abre espacio a la tele-empatía.
En el supermercado un oso de peluche te puede sorprender en la góndola de papel higiénico y ahí te quiero ver.
Hay mañanas en las que uno envidia el hígado de algún abstemio más que cualquier pequeña fortuna.
La publicidad de Coca-Cola influenció tremendamente a mi hermana que cada vez que empuña la botella pareciera que está llegando al nirvana.
El mejor de los bigotes artificiales es el del café del desayuno.
Las esperas y los malos entendidos son realmente horribles.
martes, 30 de diciembre de 2008
domingo, 7 de diciembre de 2008
Empatía sincrónica.
Despertado abruptamente por un sueño que no me corresponde, por qué será que cada vez que se le ocurre soñar con un mar extremadamente oscuro, instantáneamente me despierto perturbado, buscando la caja de fósforos en la que guardo un grillo y su tos. La noche detesta a los grillos que tosen, a los mosquitos friolentos y a los gatos de tres vidas. Al menos comprendo quién es la responsable de mi insomnio y no perderé la oportunidad de soñar con domadores de cisnes para condenarla a la vigilia.
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