domingo, 7 de diciembre de 2008

Empatía sincrónica.

Despertado abruptamente por un sueño que no me corresponde, por qué será que cada vez que se le ocurre soñar con un mar extremadamente oscuro, instantáneamente me despierto perturbado, buscando la caja de fósforos en la que guardo un grillo y su tos. La noche detesta a los grillos que tosen, a los mosquitos friolentos y a los gatos de tres vidas. Al menos comprendo quién es la responsable de mi insomnio y no perderé la oportunidad de soñar con domadores de cisnes para condenarla a la vigilia.

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